Pasar ocho horas al día frente a una pantalla puede hacernos sentir que cuidar nuestro cuerpo es casi misión imposible. Entre reuniones, correos, llamadas y trayectos, el tiempo para entrenar parece evaporarse. Por ello, en este artículo de EFAD te contamos algunos consejos de fitness para trabajadores de oficina. ¡Sigue leyendo!
Planifica entrenamientos breves pero efectivos
No hace falta entrenar durante una hora todos los días para estar en forma. Lo importante es la regularidad y la intensidad. Una rutina de 20-30 minutos bien estructurada, con ejercicios funcionales y poco descanso entre series, puede ser más que suficiente.
Podemos entrenar en casa antes o después del trabajo, o incluso a mediodía si teletrabajamos o tenemos una pausa larga. Lo importante es que se convierta en una cita con nosotros mismos, como cualquier otra reunión de la agenda. Si lo tratamos como parte de la rutina, pronto dejará de parecernos un esfuerzo.
Activa el cuerpo durante la jornada laboral
Estar sentado tantas horas seguidas pasa factura. La espalda se resiente, la circulación se ralentiza y la mente se agota. Para evitarlo, es clave movernos durante el día. Levantarnos cada hora, estirar los brazos, rotar los hombros, hacer unas sentadillas o caminar un poco mientras hablamos por teléfono son pequeños gestos que, sumados, marcan la diferencia.
Gracias a este consejo de fitness para trabajadores de oficina, no solo mejoramos nuestra postura y movilidad, sino que también recargamos energía y claridad mental. Nuestro cuerpo está hecho para moverse, y cada pausa activa es un regalo que le hacemos.
Cuida tu postura como parte del entrenamiento
La forma en que nos sentamos también influye en cómo entrenamos. Si pasamos el día encorvados, con la cabeza adelantada y la cadera bloqueada, es normal que luego nos cueste hacer ciertos ejercicios o que nos lesionemos con facilidad.
Por eso, mantener una postura consciente en la silla, con los pies apoyados, la espalda erguida y los hombros relajados, es casi una forma de entrenar pasiva. Y si además usamos una pelota de movilidad, una banda elástica o un foam roller para soltar tensiones acumuladas al final del día, nuestro cuerpo lo va a agradecer enormemente.
Entrena con lo que tienes, no con lo ideal
Muchas veces no entrenamos porque creemos que necesitamos material, espacio o tiempo que no tenemos. Pero lo cierto es que con nuestro propio peso corporal y una esterilla podemos hacer entrenamientos muy completos. Flexiones, sentadillas, zancadas, planchas, abdominales… todo eso lo podemos hacer en el salón de casa, sin desplazamientos ni excusas.
Si además sumamos alguna banda elástica o unas mancuernas pequeñas, ya tenemos un gimnasio en miniatura más que suficiente. Lo importante es usar lo que tenemos a mano y dejar de esperar el momento perfecto, porque rara vez llega.
Prioriza el descanso y la alimentación
Por último, ningún entrenamiento va a funcionar si el cuerpo está agotado y mal nutrido. Dormir bien y comer de forma equilibrada son dos pilares que no podemos descuidar. Un trabajador de oficina que entrena necesita recargar energía de verdad, no solo con café. Apostar por comidas reales, hidratación constante y horas de sueño de calidad es parte del entrenamiento, aunque no levantes una pesa.
En definitiva, esperamos que estos consejos de fitness para trabajadores de oficina te sean de utilidad. En el caso de que te interese mucho el mundo del fitness, puede que te guste el Experto Universitario en Planificación de Programas Fitness con Entrenador Personal de EFAD. ¡Infórmate sin compromiso!
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