Cada vez son más los psiquiatras que aconsejan realizar ejercicio físico para evitar la depresión grave. Además, la actividad física ayuda a reducir la tristeza profunda, la irritabilidad, el aislamiento, el llanto, así como la pérdida de interés en actividades de la vida cotidiana.
La prescripción de ejercicio físico reglado en las consultas de Psiquiatría es ya una realidad como se ha demostrado en el taller de Actividad Física y Depresión impartido en el XXIX Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría celebrado a principios de marzo de este año 2021.
La actividad física es una parte fundamental para abordar la depresión grave por su impacto positivo en los síntomas de la enfermedad. Asimismo, ayuda a mejorar el estado de ánimo y reduce la ansiedad. Es por ello que desde la psiquiatría se recomienda que los ejercicios sean diseñados y supervisados por educadores físico-deportivos.
Hay que tener en cuenta que 3.9% de la población española padece el trastorno depresivo mayor. Este caracteriza por una tristeza profunda y una pérdida del interés. A esto hay que añadir una amplia variedad de síntomas emocionales, cognitivos, físicos y del comportamiento como irritabilidad, el aislamiento social, el llanto, la pérdida del interés y del placer de las actividades cotidianas. También se caracteriza por manifestar sentimientos de inutilidad y culpa.
A diferencia de otros trastornos depresivos, los síntomas del trastorno depresivo mayor traen consigo disfunción a nivel familiar, social y laboral, que impiden e incapacitan al paciente para realizar las tareas cotidianas. De ahí que sea considerada una enfermedad mental grave.
Rutinas saludables
A nivel cerebral, el ejercicio físico genera la secreción de beta-endorfinas. Estas hormonas están relacionadas con el placer y con la sensación de bienestar, y que producen una disminución de los síntomas depresivos.
Además, la actividad física es una de las maneras que se pueden emplear para empezar a planificar los horarios. Dicho de otra manera, no solo es ir hacer ejercicio, sino establecer rutinas de control del tiempo para comer o dormir, promoviendo hábitos de vida saludables.
Recomendaciones de la OMS
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto el foco de interés en la actividad física y en la salud mental. A finales de 2020, publicó nuevas recomendaciones sobre sobre la actividad física para la salud en las que se ha incluido a población general y personas con discapacidad, como las personas que padecen enfermedades mentales.
La pandemia provocada por la COVID-19 ha puesto en evidencia la importancia que la actividad física tiene sobre el organismo, pero también en la salud mental. Las nuevas recomendaciones recogen que se deberían realizar lo largo de la semana un mínimo de 150-300 minutos de actividad física aérobica moderada, o bien un minino de 75-150 minutos de intensidad aeróbica vigorosa.
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