La hidrocinesia, también conocida como terapia acuática, es una disciplina cada vez más valorada en el ámbito de la fisioterapia y la rehabilitación. Gracias a las propiedades del agua, permite trabajar el cuerpo de forma controlada, segura y eficaz, especialmente en personas con dolor, lesiones o dificultades de movilidad. En este artículo de EFAD explicamos en qué consiste la hidrocinesia y cuáles son las principales técnicas. ¡Vamos allá!
¿Qué es la hidrocinesia?
La hidrocinesia es una forma de ejercicio terapéutico que se realiza en el agua, generalmente en piscinas con temperatura controlada. Esta terapia se basa en los principios físicos del medio acuático, como la flotación, la resistencia, la presión hidrostática y la temperatura, para facilitar el movimiento, aliviar el dolor y mejorar la función muscular y articular.
Al reducir la carga sobre las articulaciones, el agua permite realizar ejercicios que serían difíciles o dolorosos en tierra firme. Por eso, la hidrocinesia está especialmente indicada en casos de rehabilitación postoperatoria, lesiones musculares, problemas neurológicos, patologías reumatológicas o simplemente para mantener una buena condición física en personas mayores o con movilidad reducida.
Técnicas de hidrocinesia
Existen diferentes técnicas dentro de la hidrocinesia, cada una con sus propios objetivos terapéuticos y formas de aplicación. A continuación, te presentamos las más utilizadas:
- Halliwick: se centra en la enseñanza del control del cuerpo en el agua, especialmente en personas con discapacidad física o neurológica. Se trabaja sin material de flotación y se basa en diez puntos de aprendizaje que incluyen la respiración, el equilibrio, la rotación y la propulsión. Es ideal para ganar autonomía y confianza en el medio acuático.
- Bad Ragaz Ring Method (BRRM): utiliza flotadores en cuello, pelvis y extremidades para mantener al paciente en posición horizontal. El terapeuta guía el movimiento desde fuera del agua mientras el paciente realiza ejercicios activos o asistidos. Está inspirada en los principios de la terapia Vojta y de la facilitación neuromuscular propioceptiva.
- Watsu: es una combinación de shiatsu y trabajo corporal en el agua. El terapeuta sujeta y mueve al paciente con suaves oscilaciones, estiramientos y masajes en flotación. Se utiliza principalmente para la relajación profunda, el alivio del estrés y el tratamiento de dolencias musculares o articulares.
- Ai Chi: técnica similar al tai chi, pero realizada en el agua. Se trabajan movimientos lentos, coordinados con la respiración, que favorecen el equilibrio, la concentración y la movilidad. Es ideal para personas mayores o en fases de recuperación en las que se busca una actividad suave y consciente.
- Hidroterapia funcional: se centra en ejercicios terapéuticos diseñados específicamente para mejorar funciones concretas del paciente, como la marcha, el equilibrio, la coordinación o la fuerza muscular. El terapeuta adapta la rutina según el diagnóstico y los objetivos de recuperación.
En resumen, la hidrocinesia ofrece un abanico muy amplio de técnicas que se pueden adaptar a distintas necesidades y perfiles. Como te puedes imaginar, su enfoque suave, progresivo y eficaz la convierte en una herramienta terapéutica muy valiosa, tanto en procesos de rehabilitación como en el mantenimiento general de la salud física y emocional. Si quieres formarte sobre este tema, seguro que te interesa el Experto Universitario en Planificación de Programas de Fitness Acuático de EFAD. ¡Te va a encantar!
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